En otros tiempos, la cantidad de jugadores latinos en la Bundesliga solía contarse por decenas. Sobre todo, futbolistas de Argentina y Brasil engrosaban la “nómina latina” de la liga alemana, aunque también los había de otras nacionalidades. El Schalke 04, entonces en la primera división, era la “embajada uruguaya” con Gustavo Varela, Vicente Sánchez, Carlos Grossmüller o Rodrigo Salazar (cuyo hermano Mauro juega aún para el club en la segunda).
Con los mineros también escribió páginas brillantes el peruano Jefferson “La Foquita” Farfán, recordado aún con cariño por la afición de Gelsenkirchen.
Otro ejemplo es el del Stuttgart, a donde llegaron en el torneo 2006/2007 los mexicanos Pavel Pardo y Ricardo Osorio, únicos campeones de esa nacionalidad en la Bundesliga. El Bayer Leverkusen fue puerta de entrada de los chilenos Arturo Vidal y Charles Aránguiz a la Bundesliga, a lo cual siguieron sendas carreras brillantes. Son solo tres ejemplos, de muchos. En general, la presencia latina en la Bundesliga ha experimentado altibajos. Pero luego de 2015, cuando parecía haber un auge, vino una caída drástica.
Aquellos días de brillo latino
El Eintracht Frankfurt había sido de los pocos clubes que escapaba a dicha tendencia negativa. La poderosa y prolongada presencia del excapitán argentino del equipo, David Abraham, fue sin duda un factor. Otro fue que, luego del Stuttgart, el Eintracht hizo a lo largo de los años contrataciones de jugadores mexicanos, comenzando por Aarón Galindo y siguiendo con Carlos Salcedo y Marco Fabián.
Mucho más reciente es la presencia en el Eintracht Frankfurt del colombiano Rafael Santos Borré y el argentino Lucas Alario, que provenía del Bayer Leverkusen. Con la venta del ecuatoriano Willian Pacho al Paris Saint-Germain, dicha era latina parece más bien crepúsculo para las águilas.
Actualmente, en el club alemán quedan solo dos jugadores del continente americano. Ambos son de Brasil: el portero Kaua Morais Vieira dos Santos, mejor conocido como Kaua Santos, y el popular Lucas Silva Melo, célebre bajo el apelativo de “Tuta”. Luego de protagonizar rumores que lo vinculaban con el Botafogo de su país natal, el lateral acabó renovando hasta 2026. En cuanto a Kaua Morais, las recientes lesiones de Kevin Trapp le han dado la oportunidad de conquistar la titularidad, en una variante que podría marcar el fin de una era y el principio de otra para el Eintracht Frankfurt.
Estocadas del mercado, prueba para Toppmöller
De los demás países latinoamericanos ya no queda nada en el equipo de la urbe financiera alemana. Esto, sin embargo, es parte de un fenómeno más general. El Eintracht Frankfurt atraviesa por una transición generacional que no solo involucra a Trapp, sino también a otros veteranos como el japonés Makoto Hasebe, el estadounidense Timothy Chandler (nacido en Frankfurt), el alemán Philipp Max (que emigró al fútbol de Grecia).
El mercado se ha encargado de lo demás. Evan Ndika, el danés Jesper Lindström, el goleador francés Randal Kolo-Muani o el noruego Jens Petter Hauge han emigrado, vendidos o cedidos a otros equipos, sin que el club haya hecho fichajes espectaculares aunque algunos han resultado efectivos.
Así, con una plantilla renovada y casi sin jugadores latinoamericanos, el Eintracht Frankfurt sigue luciendo como un equipo “interesante”, del cual podría esperarse más. Todavía está fresca la gloria de la Liga de Europa conquistada bajo la dirección de Oliver Glasner, y ya la directiva y la afición dieron muestras de impaciencia con el entrenador Dino Toppmöller el torneo anterior.
Para decirlo claro: este es el torneo en el cual se verá si Toppmöller es capaz de sostener un proyecto pese a la ausencia de pilares como Pacho, o si a la exitosa pero turbulenta gestión de Glasner le sigue, definitivamente, una sin brillo ni celebración.
Información: DW