Culiacán, Sin.- Cada minuto que pasa, el mundo compra un millón de botellas de plástico.
Cada año, se consumen más de 500 mil millones de bolsas, muchas de ellas usadas solo una vez antes de convertirse en basura.
La crisis ambiental no da tregua: ocho millones de toneladas de plástico acaban en los océanos, poniendo en peligro a la fauna marina y colapsando sistemas de drenaje.
Más de 100 mil mamíferos marinos mueren cada año al enredarse en los residuos que desechamos sin pensar.
Este 3 de julio, Día Internacional Libre de Bolsas de Plástico, es momento de hacer memoria, reflexionar y reconocer los pasos que Sinaloa ha dado para cambiar esta realidad.
Hace cinco años, la Comisión de Ecología y Desarrollo Sustentable del Congreso del Estado de Sinaloa aprobó por unanimidad una reforma que prohibió de forma paulatina el uso de productos plásticos no biodegradables y unicel.
El dictamen incluyó restricciones para bolsas, popotes, pajillas, y empaques de comercios como mercados, supermercados, tiendas de autoservicio, restaurantes y farmacias.
Desde entonces, el panorama ha cambiado visiblemente en la vida cotidiana. Hoy, en 2025, en la mayoría de los establecimientos ya no se entregan bolsas plásticas, lo que representa un cambio cultural y ambiental significativo.
El presidente de la Comisión de Ecología del Congreso, Jorge González, señaló que los resultados sí se están viendo en la entidad.
”Esto es muy fuerte y muy importante, pero también te puedo decir que los resultados los estamos viendo y vemos cada vez menos, yo fui ayer al súper y no me dieron bolsa, entonces hay otros lugares donde tampoco dan bolsa y los que hay son de materiales que si son autorizados por la misma ley, entonces yo creo que el que se haya creado esta ley, pues yo la verdad que pienso que sí, es positivo para estado de Sinaloa”.
Sin embargo, también reconoció que es necesario ir más allá de la legislación, asegurando que lo que se podría lograr ahora es hacer una procuraduría del medio ambiente para mejorar la vigilancia en este tema y asegurar su cumplimiento.
”Definitivamente lo que a Sinaloa le hace falta y lo hemos pasado otra vez una procuraduría del medio ambiente, yo creo que para que esta situación de un mayor peso y pueda tener una mayor vigilancia, yo creo que pudiéramos empezar a darle un poquito más de dar fuerza, creando una procuraduría de medio ambiente. En este caso está por parte del ejecutivo, la autoridad del Sebides que se encarga de la verificación de todo esto, pero una procuraduría autónoma daría mejor fuerza y dar una mejor explicación a la indagatoria de los delitos ambientales y de la situaciones que se puedan dar en el estado de Sinaloa”.
Aunque las leyes son un paso crucial, el cambio real empieza con cada persona que decide llevar su bolsa reutilizable, rechazar plásticos innecesarios o denunciar malas prácticas.
En estos últimos años, Sinaloa ha ajustado sus hábitos y se ha adaptado a un consumo más consciente, lo que demuestra que sí es posible transformar la relación con el medio ambiente.
Hoy no es solo un recordatorio, es una invitación a actuar. Porque el planeta no necesita más bolsas; necesita más conciencia.