El cambio climático seguirá siendo prioridad para Europa. En su relación con América Latina y el Caribe, ¿tendrá en cuenta a sus víctimas?
¿No dejar a nadie atrás implica tener en cuenta a las ya numerosas víctimas del cambio climático? ¿Por qué no está el tema en la agenda? “La crisis climática no es como en la guerra, donde vemos el dolor y la destrucción inmediatamente; allí la reacción es inmediata y fuerte. El proceso del cambio climático es horriblemente lento, creo que por eso falta su reconocimiento en la sociedad”, responde el político lituano. Como fuere, la reciente Jornada Europea para Víctimas de la Crisis Climática -que se celebró el 15.07 por segunda vez- representa un avance.
¿Basta con ayuda humanitaria?
Según el último informe de Naciones Unidas, hay unos 41 millones de habitantes de zonas costeras en América Latina y el Caribe que están amenazadas por el cambio climático. Frente a esto, mientras desde “el norte” se plantea un canje de deuda externa por acción climática, con una perspectiva de créditos y de ayuda humanitaria, desde “el sur” se propone -también con vistas a la siguiente COP29- la creación de un fondo para compensar a las víctimas. ¿Es factible?
“Las discusiones sobre nuevos fondos son siempre complicadas. Y claro que ahora el enfoque de los más débiles pone presión. Ésa es una de las razones por las que la UE -el único bloque que tiene un plan claro para reducir emisiones- está tomando cartas en el asunto. Pero, por supuesto, nuestras acciones no cambiarán nada si el resto del mundo, si los mayores emisores continúan como hasta ahora”, apunta Sinkevicius.
¿Puede la extracción ser “verde”?
El panorama para los próximos cinco años se vuelve aún más complejo si se escucha con atención los planes verdes de Bruselas: para su transición energética, Europa se ha asegurado el apoyo de socios internacionales fiables para el suministro de hidrógeno verde, por ejemplo. Varios países de América Latina están en esa selecta lista.
No obstante, no son pocos los conflictos al otro lado del mar por la extracción de esos recursos que impacta a las poblaciones locales. Uno de los más evidentes: la polución y acaparamiento de fuentes de agua, un recurso que la Comisión Europea promete proteger. ¿Cómo conjugar esas dos caras antagónicas de la misma moneda?
“Sabemos que aumenta el riesgo de escasez hídrica. Los estudios de impacto deben preceder a cualquier extracción. Si hay riesgo de polución del agua, esa nueva extracción no debe ser llevada a cabo. O debe desplazarse a donde no ponga en riesgo al recurso hídrico y a las poblaciones”, responde Virginijus Sinkevicius.
¿Está consciente Bruselas?
Con todo, las consecuencias, directas e indirectas, del cambio climático, han traído hasta Bruselas a muchos defensores del medioambiente y territorios para pedir apoyo para sus casos de desplazamiento, de migración por falta de recursos, de criminalización y amenaza para sus vidas.
“Entendemos perfectamente que si el cambio climático amenaza a la población de una región en otro lado del planeta, rápidamente se puede volver un problema para la UE. Los migrantes climáticos ponen presión aquí”, responde Sinkevicius.
¿Desde el Parlamento Europeo -con una mayor presencia de fuerzas políticas que reniegan del Pacto Verde- se tendrá mayor receptividad para estas víctimas, directas o indirectas, del cambio climático? “En este complejo panorama, ni una institución sola ni un solo país puede hacer nada. Se requiere cooperación con los gobiernos, con las organizaciones regionales”, responde Sinkevicius.
En su opinión, además, en la relación con América Latina y el Caribe, Europa habrá de profundizar en la guerra contra las drogas y contra la deforestación y en los esfuerzos por el bienestar de la Amazonía.