La alegría es una emoción que produce un estado interior generador de bienestar general, con altos niveles de energía y una gran disposición a la acción constructiva, sin embargo como toda emoción no tiene un estado permanente.
Este 1 de agosto se celebra el Día Mundial de la Alegría, pero, ¿qué se percibe en las personas? así lo explica la profesora de la Facultad de Psicología (PF) de la UNAM, Alejandra López Montoya:
“Es una emoción que tiene características físicas y conductuales, como sonreír, ruborizarse, sentirse energético y motivado para hacer diversas tareas, independientemente de su complejidad”,resaltó.
Y es que algunos beneficios que genera la alegría son: libera tensiones porque es desestresante; aporta energía y, en consecuencia, hay mayor productividad. Al estar alegres se libera dopamina, la cual está ligada a la agilidad mental, por lo que es beneficioso para la concentración.
Pero como otras emociones, el enojo o la tristeza, no puede ser permanente. En opinión de la experta lo ideal es que las personas tengan un equilibrio, donde se sientan estables.
“A veces queremos tener un máximo logro para sentirnos bien, pero disfrutar del día a día, de las pequeñas cosas como un amanecer o el hecho de despertar, basta a este tipo de personas alegres para sentirse bien”,resaltó.
López Montoya considera que es importante mantener la tranquilidad, saber manejar el estrés, procurar el autocuidado con acciones como realizar ejercicio, alimentarse correctamente y dormir bien.
Tipos de alegrías
La Facultad de Psicología de la UNAM clasifica la alegría de la siguiente manera:
- Alegría real o verdadera: Se genera de forma natural y espontánea en la persona después de un acontecimiento placentero.
- Alegría hilarante o jocosa: Se da en función de la gracia que nos produce algo o alguna situación, por ejemplo, al escuchar un chiste.
- Alegría simulada: De manera intencionada se aparenta alegría, sin que exista una causa real que la produzca. Se genera usualmente por evitación, al no querer presentar otro tipo de respuesta ante una situación que nos incomoda.
- Alegría ‘maligna’: Cuando nos reímos de la desgracia ajena. Nos alegramos porque a otras personas no les va bien en la vida, o porque cometen algún error y eso les resta ventaja en algo; por ejemplo, que alguien caiga y nos cause gracia.
- Alegría patológica: Un exceso de alegría, como en el resto de las emociones, también puede ser peligrosa y representar un riesgo a nuestra salud mental.
Información: ONCE NOTICIAS