El titular de la Comisión de Educación, Ciencia y Tecnología abordó algunos avances que se han presentado en situaciones de agresión dentro de las escuelas.
Culiacán, Sinaloa | El problema del acoso escolar o bullying es uno que, debido a la forma en que este ha prolongado su permanencia en los planteles educativos durante años, se encontraría arraigado en una expresión de la cultura de violencia que se vive en la actualidad, señaló el diputado Adolfo Beltrán Corrales.
El presidente de la Comisión de Educación, Ciencia y Tecnología en el Congreso del Estado indicó que uno de los mayores avances en este tipo de asuntos se encuentra en que los y las jóvenes ya presentan denuncias ante las instancias correspondientes.
“Que cuando se da sobre todo en las escuelas de cualquier índole, sean las autoridades educativas quienes intervengan al respecto. Pero cuando las prácticas de bullying son excesivas y pueden dañar la integridad de la persona o de este caso, del joven, está cometiendo faltas que tienen que ver con el código penal y que pueden constituir delitos”, dijo.
El legislador remarcó que deben tomarse medidas drásticas cuando estas agresiones se elevan más allá del abuso verbal. Pese a que reconoció que en algunos casos se complicaría la aplicación de justicia al tratarse de menores de edad, se debe comenzar a dejar un precedente con respecto a la formalización de las denuncias.
Respecto a la falta de vigilancia en el entorno donde ocurren algunas de las agresiones más agravantes que llegan incluso a trascender en los medios de comunicación, Beltrán Corrales precisó que el cuidado del orden en los planteles recae sobre los directores de las mismas.
“Y no necesariamente tiene que haber una sanción del carácter penal o de otra índole. Creo que tiene que ser una sanción administrativa que tenga que ver con el cumplimiento o la falta de cumplimiento de su trabajo al interior de las escuelas. Cualquier agresión de cualquier tipo adentro de una escuela es responsabilidad del director o directora y se debe actuar en consecuencia porque de ellos depende el orden y el respeto entre alumnos y entre los propios trabajadores”, concluyó.