Is­rael re­ve­la una im­por­tan­te cue­va fu­ne­ra­ria de más de 2.000 años

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Saar Ganor the Israel Antiquities Authority stands inside the Tomb of Salome in the Lachish area in the Judean hills west of Jerusalem, on December 20, 2022. - Israel today unveiled pilgrims' lamps and other finds from the so-called Tomb of Salome, an early Christian burial site named for a woman said to have assisted at the birth of Christ, discovered in the 1980s. Subsequent excavations by archaeologists have uncovered a Jewish burial chamber dating back to the Roman period, that was taken over by a Christian chapel in the Byzantine era and was still drawing worshippers into the early Islamic period. (Photo by MENAHEM KAHANA / AFP)

Las au­to­ri­da­des is­rae­líes re­ve­la­ron este mar­tes «una de las cue­vas fu­ne­ra­rias más im­pre­sio­nan­tes» ja­más des­cu­bier­tas en el país, que data de unos 2.000 años Di­cha cue­va,  fue de­sig­na­da como «la tumba de Salomé», una de las co­ma­dro­nas pre­sen­tes en el nacimiento de Jesús, se­gún cier­tas co­rrien­tes del cris­tia­nis­mo.

El si­tio se ha­lló hace 40 años por sa­quea­do­res de an­ti­güe­da­des en el bos­que de La­chish, ubi­ca­do en­tre Jerusalén y la Franja de Gaza. Lo an­te­rior, lle­vó a excavaciones arqueológicas que des­ve­la­ron una in­men­sa ex­pla­na­da que ates­ti­gua la im­por­tan­cia de esta cue­va fu­ne­ra­ria, de acuer­do a los ar­queó­lo­gos.

¿Qué se encontró en la cueva? 

El lu­gar, don­de se en­con­tra­ron cajas con huesos, in­clu­ye va­rias pie­zas y ni­chos ex­ca­va­dos en la pie­dra. Se tra­ta de una de las cue­vas más «im­pre­sio­nan­tes» y «ela­bo­ra­das» des­cu­bier­tas en Is­rael, se­gún la Au­to­ri­dad de An­ti­güe­da­des (AIA).

Pri­me­ro, se des­ti­nó a ritos funerarios judíos y per­te­ne­ció a «una rica fa­mi­lia ju­día que ha­bía de­di­ca­do mu­chos es­fuer­zos a la pre­pa­ra­ción de la cue­va», se­ña­ló la mis­ma fuen­te.

Esta se con­vir­tió lue­go en una ca­pi­lla cris­tia­na de­di­ca­da a Sa­lo­mé, lo ates­ti­gua la pre­sen­cia de cru­ces y de una de­ce­na de ins­crip­cio­nes gra­ba­das en las pa­re­des que ha­cen re­fe­ren­cia a ella.

«Sa­lo­mé es una fi­gu­ra mis­te­rio­sa», sub­ra­yó la AIA. «Se­gún la tra­di­ción cris­tia­na (or­to­do­xa), la co­ma­dro­na de Be­lén no po­día creer que se le pi­die­ra dar a luz a una vir­gen, su mano se secó y sólo fue tra­ta­da mien­tras sos­te­nía al bebé», pre­ci­só.

El cul­to de Sa­lo­mé y el uso del si­tio con­ti­nua­ron has­ta el si­glo IX, des­pués de la con­quis­ta mu­sul­ma­na, pre­ci­só la AIA. «Algunas de las inscripciones se inscribieron en árabe, mientras que creyentes cristianos continuaron rezando en el lugar», agre­gó.

La ex­ca­va­ción de la ex­pla­na­da, que se ex­tien­de so­bre 350 me­tros cua­dra­dos, sacó a la luz pues­tos de tien­das que, se­gún los ar­queó­lo­gos, proponían lámparas de arcilla.

«He­mos en­con­tra­do cien­tos de lám­pa­ras com­ple­tas y ro­tas que da­tan de los si­glos VIII-IX», in­di­ca­ron Nir Shims­hon-Pa­ran y Zvi Fi­rer, di­rec­to­res de las ex­ca­va­cio­nes de la AIA en el sur de Is­rael.

«Tal vez las lám­pa­ras se usa­ban para ilu­mi­nar la cue­va, o para ce­re­mo­nias re­li­gio­sas, de la mis­ma ma­ne­ra que las ve­las se dis­tri­bu­yen hoy en las tum­bas y en las igle­sias», ase­gu­ra­ron.

Imágenes e información brindadas por https://noticiasncc.com/

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