Culiacán, Sinaloa.- Previo a este Día de las Madres, es justo reconocer a todas las mujeres que, desde distintas realidades, construyen maternidades llenas de amor, fortaleza y valentía.
Entre ellas, está María de Jesús Samaniego Galaviz, una madre con discapacidad motriz que ha demostrado que los límites se vencen con amor, fe y perseverancia.
Desde su nacimiento, María de Jesús vive con un problema en la columna vertebral que le impide moverse con normalidad.
Aunque nunca recibió un diagnóstico claro, cuenta que probablemente se trató de una complicación durante el parto.
Desde pequeña, luchó por su independencia, y con ayuda de terapias logró aprender a caminar.
”Pues eso ocasionó que yo sí me movía, pero no podía sola, o sea de caminar sino con la ayuda de ellos para poder yo trasladarme a donde me querían llevar y así fue comenzando a la edad de los seis años, yo ya me podía sostener sobre mí misma porque me empezaban a dar terapias”
Durante sus embarazos, por temor a sufrir una caída, comenzó a usar una andadera y desde entonces, se apoya completamente en ella para movilizarse.
”Yo caminaba sola, rengueando y todo, pero yo caminaba sola y a partir de qué yo tuve mis hijas, me dio miedo cuando salí embarazada porque un resbalón o algo, entonces mejor me adapté a la andadera y lo malo es que ya me adapte a ella y yo no puedo andar sin andadera, no puedo caminar despegada de ella en la casa, si por dentro me puedo agarrar, pero fuera de ello, tengo que tener ese aparato”
A pesar de las dificultades, crió a sus dos hijas con dedicación, cuidado y una enorme fuerza emocional.
Tras su divorcio, enfrentó nuevos retos, pero nunca se rindió. Fue gracias al Sistema DIF que encontró empleo, lo que le permitió seguir sosteniendo su hogar y estar presente en la vida de sus hijas.
”De hecho, yo empecé a trabajar en Culiacán, porque yo tenía que navegar a mis hijas porque ellas estaban chiquitas y yo no tenía quien me apoyara porque nos separamos el papá de ellas y yo y me quedé con ellas nada más y yo no encontraba cómo hacerle para sacarlas adelante, entonces yo tuve amistades en Culiacán de otras personas que tienen discapacidad. Además, de parte del DIF me ayudaron a tener mi trabajo, ellos me estuvieron apoyando y yo por ellos gracias a ellos me dieron ese trabajo, me hablaron y gracias a Dios como a todos se nos dificulta y todo, pero yo hacía la lucha de irme en camiones”._
Acompañarlas en su crecimiento, sus festivales escolares y brindarles amor incondicional ha sido su mayor logro.
”Y yo le decía a ella no le hace lo que tenga que hacer de trabajar pelar nopales, porque yo me desvelaba como a las 11:00 o 12:00 de la noche, yo me acostaba a dormir porque nos pedían cosas para el kinder y yo tenía que ser de donde iba a sacar para poder comprarles lo que pidieron para los bailables, entonces yo le decía no te preocupes, tú vas a ir y yo voy a ver cómo le hago y yo le trabajaba a un señor pelando nopales”._
Hoy, María de Jesús envía un mensaje de resiliencia y esperanza a todas las madres que enfrentan alguna discapacidad.
”Claro que si se puede, porque Dios le da fuerzas a uno para salir adelante, el motivo de nosotras que somos las mamás para nosotros son los hijos, porque si tú dices no puedo, pero tienes a alguien a quien ver y te da fuerzas en decir si puedo, porque tengo a mi hijo y él es el que me da fuerzas o mi hija, yo tengo que hacerlo por ella, claro que me puedo mover y puedo hacer mucho más y si me lo propongo puedo hacer más. Yo decía si he logrado cosas hasta ahorita que mis hijas ya están grandes, la peor dificultad para mí, a lo mejor fue cuando ellas nacieron y no lo vi así para mí no era algo que no fuera lograrlo, lo logré y yo me di más fuerzas, porque yo dije si pude cuando mis hijas estuvieron recién nacidas que yo supuestamente no me podía mover con ellas, ahora más que ellas ya pueden caminar por ellas mismas”._
Previo a este Día de las Madres, su historia nos recuerda que no existe una sola forma de ser mamá y que la maternidad, vivida con amor, supera cualquier barrera física o social.
Felicidades a quienes guían con amor y dan todo de sí mismas para el bienestar y la felicidad de sus hijas e hijos.