Muy a menudo, las comunidades de todo el mundo sufren daños y desastres ambientales. Cada vez más, las evidencias recopiladas por personas a través de formas de ciencia ciudadana son cada vez más precisas y confiables. Sin embargo, los datos recolectados por estas iniciativas a menudo no se consideran en las discusiones y litigios oficiales que se refieren a daños y desastres ambientales.
Esto es particularmente cierto en el Sur, donde la brecha de legislaciones y la falta de sistemas legales sólidos hacen que las comunidades sean aún más vulnerables a daños y desastres que en otras partes del mundo.
Por eso me sentí particularmente feliz de ver que el proyecto “Sensing for Justice” (SensJus), presentado por Anna Berti Suman, resultó ganador del premio Falling Walls Engage 2022, del cual fui uno de los 14 jurados de este año.
La experiencia de ser jurado del galardón fue fantástica: fue muy inspirador ver los 20 proyectos finalistas de 17 países (tres de ellos de América Latina), y que formaron parte de una competencia que reunió 193 propuestas de 66 países.
Pero el proyecto SensJus parecía particularmente importante en un mundo pandémico/pos-pandémico, en el que la vulnerabilidad es una palabra clave.
“Creo que deberíamos dar un espacio para que las personas no expertas tengan voz como fuente de evidencia en los litigios de justicia ambiental”, dijo Berti Suman al recibir el premio en Berlín (9 de noviembre).
SensJus investiga el potencial del monitoreo ambiental impulsado desde la base como fuente de evidencia para reclamar justicia ambiental y como herramienta para la mediación de conflictos ambientales.
El proyecto tiene como objetivo aprovechar este potencial de participación del monitoreo cívico haciendo que las instituciones receptoras (Esto involucra también la prestación de asesoramiento legal.
“El premio es un honor y un reconocimiento importante no solo por el trabajo continuo que el proyecto SensJus ha realizado desde el lado de los centinelas cívicos, sino también por las perspectivas futuras de la evidencia ambiental cívica. Eso motivará a nuevos centinelas a sumarse, trayendo su propia evidencia”, dijo a SciDev.Net la ganadora.
“La visibilidad que le dio el premio al proyecto demuestra que todos podemos contribuir a construir las bases sobre las cuales asentar nuestro conocimiento ambiental y climático. Eso puede empezar dando evidencia para demostrar los daños ambientales en los tribunales”, afirmó.
El trabajo de Berti Suman se sitúa en la intersección de los estudios sociojurídicos ambientales y la participación ciudadana en la ciencia. En América Latina, ella investigó conflictos hídricos en la Patagonia chilena, apoyada por el programa de tesis en el exterior de la Universidad de Bolonia y por la Universidad Católica de Chile y Fundación Chile.
Luego, se mudó a la selva amazónica ecuatoriana, trabajando en el caso Aguinda vs. Texaco por contaminación petrolera en la selva amazónica, apoyando a la población local en su batalla judicial.
“Desde entonces, siempre me ha intrigado la percepción y el conocimiento de la gente común sobre los daños ambientales, y cómo podemos aprovechar este conocimiento en los foros institucionales”, dijo a SciDev.Net.
Otros dos ejemplos que destacó sobre cómo los ciudadanos centinelas tuvieron un papel importante en el litigio judicial fueron el “Caso Formosa” de evidencia cívica de contaminación plástica. En ese caso de 2019, un juez encontró a una empresa petroquímica responsable de violar la Ley de Agua Limpia de los Estados Unidos.
También hizo referencia al “Caso Mecheros” de mapeo participativo de la quema de gas en 2021, que resultó en una orden histórica para prohibir la quema de gas en la Amazonía ecuatoriana.
Marina Joubert, investigadora principal de comunicación científica de la Universidad de Stellenbosch (Sudáfrica), dijo a SciDev.Net que “Sensing for Justice” tiene una serie de características que hacen de este proyecto un digno ganador de la competencia Falling Walls Engage en 2022.
“En particular, me gustó el hecho de que se trata de validar datos de ciencia ciudadana, superando así algunas de las críticas de involucrar a los legos en la investigación de esta manera”, dijo.
Joubert agregó: “Nos ayuda a ver que la participación pública y la creación conjunta de conocimiento es realmente posible. El proyecto también trata de involucrar a grupos diversos y escucharse unos a otros”.
Y concluyó: “Igualmente importante, me parece interesante y significativo que un profesional con formación legal (es decir, no un científico en el sentido tradicional) emerja como ganador, porque esto resalta el valor y la importancia de las colaboraciones productivas entre científicos y otros profesionales y campos de especialización”.
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