Culiacán, Sinaloa.- Son tres amigos que viajan desde Ciudad de México a Tijuana cada año con la misión que los reconozcan como unos atletas, a ellos les falta una pierna, pero eso no los detiene para hacer lo que más les gusta, hacer freestyle con el balón de fútbol.
Llegan a un crucero, cuando el semáforo se pone en rojo, el paso de cebra se vuelve su cancha, los conductores de los vehículos su grada y empiezan a hacer sus mejores trucos, su pago además de una moneda, es el reconocimiento, ya que para ellos no hay límites.
“Vamos de estado en estado a demostrar que si se puede. Venimos del Distrito. Lo planeamos y venimos podemos estar una semana, dos semanas e irnos otra vez, podemos irnos a Torreón o a Tijuana. Lo que es la discapacidad está en la mente y no en el cuerpo”.
Su meta es llegar a Tijuana para después regresar a casa, tienen que pasar por otras ciudades para recaudar dinero, es una ambición personal de ellos, ya que algún día jugaron como profesionales de la liga de amputados, pero cada vez más ya no hay quien se interese en ellos, por eso hacen este tipo de viajes para que los vean.
Luego de meses de estar viajando por el norte del país, hay quienes los esperan en casa.
“Tengo dos nenas, una de 14 y una de 15 años” LIGAR 3:30” Me hablan y me dicen papá ¿cuando regresas?, más que son sus fechas de cumpleaños en las que no estoy con ellas, me dicen papá ¿me vas a hacer mi pastel?, le digo, si hija y me dice no, mejor quiero que estés aquí conmigo”.
Los futbolistas esperan que haya más gente que se fije y los reconozcan como los atletas completos que son, ya que la discapacidad para ellos pasa a segundo término.