El fabricante de vehículos Toyota Motor ha decidido poner fin a la producción en su fábrica rusa de San Petersburgo, que llevaba más de medio año suspendida por los problemas de suministro y las sanciones por la guerra en Ucrania, según trascendió este viernes (23.09.2022).
La empresa, líder mundial del motor por ventas, suspendió las operaciones de su única planta en Rusia el pasado 4 de marzo por la interrupción del suministro de materiales y componentes clave, pero mantenía contratada a su fuerza laboral en el país para labores de mantenimiento, de cara a un posible reinicio de la producción. “Sin embargo, después de seis meses, no hemos sido capaces de reanudar las actividades normales y no vemos indicios de que vamos a poder en el futuro”, explicó la empresa en un comunicado publicado esta madrugada.
Toyota aseguró que la decisión “no se ha tomado a la ligera” y dijo que ahora necesitan revisar y reestructurar sus operaciones en Moscú “con el objetivo de mantener una organización efectiva y seguir ofreciendo apoyo a la red de venta para seguir dando servicio a los clientes de Toyota y Lexus existentes en Rusia”.
La empresa no sólo suspendió en marzo la producción de vehículos en Rusia, también las importaciones al país, lo que repercutió en otras de sus actividades en el territorio como las ventas, a las que ha decidido también poner fin, aunque seguirá ofreciendo por ahora reparaciones para sus vehículos ya en circulación en el territorio.
El fabricante japonés añadió que ayudará a su planta laboral que se quedará sin trabajo en la federación a reubicarse en otros puestos o encontrar nuevos empleos, así como en su recapacitación y bienestar, incluida asistencia financiera. Toyota liquidará su unidad local en Rusia, en lugar de venderla, según dijo el director de Comunicaciones de la empresa, Jun Nagata, en un encuentro con periodistas. Toyota es el primer fabricante de vehículos japonés que anuncia su salida de Rusia.