Un estudio en Brasil, que analizó muestras de cinco especies de peces usualmente capturadas por pesca artesanal y consumidas a nivel local, detectó valores de cadmio y cromo por encima de lo establecido por normas internacionales.
El consumo de alimentos con concentración de metales provenientes de la industria y las viviendas puede resultar nocivo o tóxico para el ser humano a mediano o largo plazo. Según cuáles sean los metales presentes, los efectos tóxicos pueden afectar el sistema nervioso, cardíaco o digestivo.
En particular, lo hallado en este estudio “trae preocupación porque el cadmio y el cromo pueden generar alteraciones metabólicas en las células humanas, en el ADN, además de tener impactos en los peces y en toda la cadena alimenticia que involucra a estos animales”, advirtió a SciDev.Net Marcelo Henrique Silva, oceanógrafo de la Universidad Federal de Maranhão y autor del estudio publicado en Marine Pollution Bulletin.
Por lo tanto, estudiar especies que se mueven un poco menos, como los macroinvertebrados, además de analizar otros materiales, son pasos importantes para determinar la salud del medio ambiente local.
El objetivo del estudio es continuar el seguimiento de la región de la Bahía de São Marcos, la región más afectada por las actividades portuarias. Los análisis futuros cubrirán los sedimentos marinos sólidos y más especies de peces, incluidas otras partes del animal, como las branquias y el hígado.
“Son necesarios más estudios para correlacionar y saber si esto es algo específico o si se extrapola a todo el ecosistema, no solo a la región estuarina”, dice Silva.