Culiacán. Luis Molina un artista urbano empacó en su maleta con muchas ilusiones, sus mejores pasos de baile, rimas y dejó Guamúchil para migrar a Culiacán y concretar su sueño de estudiar la universidad.
El destino le puso una prueba de fuego, pues el dinero no alcanzaba para comprar comida, así que empezó a bailar en semáforos.
“La neta si hay días que no comía por ejemplo para estudiar me fui a Culiacán, tenia que bailar en los semáforos a raíz del sol, tenía que pararme frente a muchas personas a pedir dinero porque estudiar y trabajar muchas veces no se puede porque te consume la escuela esos horarios otras veces me iba a cantar a los camiones, por ejemplo había días que no comía carnal en la noche cenaba para dormir a gusto”.
Lo que alguna vez vio como un sueño imposible ahora gracias a la música puede hacer buenas acciones, Luis Inició un proyecto en el cual rescata a personas de las drogas, además empezó a enseñarle clases de guitarra, baile y a escribir canciones a niños para que se enfocaran en el mundo de la música.
“Íbamos a bailar a las secundarias para hacer invitación a los niños. Era ayudar y enseñar a escribir rimas a los niños para agilizar su mente y muchas cosas más que se les ayuda para su escuela cómo en su vida personal”.
Las clases presenciales volvieron a la entidad y con ello quiere que más jóvenes aprendan de lo bonito de la música.