Culiacán, Sinaloa.- Alumnos de cuarto año de la Licenciatura en Danza de la Escuela Superior de Danza del Instituto Sinaloense de Cultura, participarán este jueves a las 20:00 horas en la fase semifinal del Premio Nacional de Danza “Guillermo Arriaga” y XL Concurso de Creación Coreográfica Contemporánea INBAL-UAM 2023, donde compiten con la coreografía “En este mundo no hay paz sincera”, de Edylin Zatarain.
Esa es una de las 20 coreografías que fueron seleccionadas en julio pasado de entre 74 que se pusieron a concurso, y hoy se presentarán en el Teatro de la Danza Guillermina Bravo de la Ciudad de México, informó la maestra de esa escuela y bailarina Edylin Zatarain, co-fundadora de la Compañía Danza Joven de Sinaloa, quien dijo que ese es considerado uno de los premios más importantes en el mundo de la danza.
Como intérpretes participan los integrantes de “Pasillo XIII”, alumnos de la XIII generación de la Escuela Superior de Danza de Sinaloa y Sandra Vargas, maestra y coordinadora de la ESDS.
El diseño de iluminación estuvo a cargo del maestro Carlos Zamora; la composición musical es de Rodolfo Romo y el diseño de vestuario, de Edylin Zatarai, y el apoyo del Instituto Sinaloense de Cultura, que proporcionó el transporte para asistir al Concurso Nacional de Coreografía, Premio Nacional de Danza Guillermo Arriaga.
Las 20 coreografías seleccionadas están participando en la fase semifinal, que se realiza desde el pasado lunes 6 para concluir este jueves 9, del presente año, en el Teatro de la Danza y las que sean seleccionadas en esta etapa, participarán en la gran Final, a realizarse en el Teatro Principal en la Ciudad de Puebla, el domingo 12 de noviembre.
Los miembros del jurado que tuvieron la responsabilidad de elegir las 20 mejores coreografías fueron los maestros Vibian Cruz Juárez, Isabel Beteta de Cou, Andrea Chirinos Brown, Joaquín López Chapman y Raúl Aurelio Palomino Domínguez.
Entre los criterios analizados estuvieron que las obras, en su desarrollo escénico integren todos sus elementos y recursos escenotécnicos y estéticos, proponiendo discursos coreográficos contemporáneos, que las obras generen diálogos y reflexiones, incluyendo en sus narrativas y lenguajes escénicos elementos de investigación dramatúrgica, conexiones y composiciones entre ellos.
Además, se requirió que las obras coreográficas tengan coherencia artística, social y cultural en su contenido, forma y discurso, y que la creación de lenguaje sea resultado de una investigación personal.