Culiacán, Sinaloa.- El “Día de la Candelaria” es recibido con gran anticipación por los mexicanos, pues tradicionalmente, aquellas personas que recibieron en su porción de rosca en el Día de Reyes una figura, la cual es alusiva al Niño Dios, son consignados de proporcionar a familiares y amigos presentes en ese momento de una comida compuesta por tamales.
Este viernes 2 de febrero, desde primeras horas de la mañana, establecimientos del primer cuadro en el centro de la capital de Sinaloa han recibido un importante flujo de clientes que puntualmente asisten a adquirir estos alimentos para saldar esta tradicional deuda.
El representante de la Unión de Comerciantes de Culiacán, Oscar Sánchez Beltrán, precisó que al menos 25 de estos negocios esperan recibir un aumento en sus ganancias del día en al menos un diez por ciento de lo recaudado el 2023.
“Ahorita inicialmente la proyección que se tiene es parcial, no se puede cuantificar cuanto va a ser la ganancia en estos momentos, sin embargo el año pasado representó un ingreso solamente parcial en el primer cuadro de la ciudad de alrededor de cien mil pesos”, mencionó.
Y aunque en la conciencia del mexicano la conexión entre esta fecha y los tamales ya es algo común, esta relación, de acuerdo con académicos de la Universidad Nacional Autónoma de México, es el resultado de una fusión cultural que data desde la época de la colonia.
El “Día de la Candelaria” contiene una connotación completamente católica, pues recuerda la presentación del Niño Jesús en el templo y el acto de purificación de la Virgen María cuarenta días después de su parto. En una parte de la celebración original, se encendían candelas (velas), lo cual derivó al nombre de la tradición.
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Para los mexicas, febrero era la época más seca del año, por lo que dedicaban a Tlaloc, dios del agua y la vida, diversas ofrendas para que los cultivos sobrevivan. Con la llegada de los españoles, las candelas ocuparon el lugar de estos regalos por parte de los locales.
Debido a que el maíz, producto base en la elaboración del tamal, era venerado como un símbolo de vida, en algún punto del siglo XIX, ambos elementos de carácter religioso cruzaron sus caminos, por lo que esta “deuda de tamales” pudo haber sido introducida como un motivo, para promover la sana convivencia entre las personas.