México.- El Panteón de Belén, ubicado en Guadalajara, México, ofrece una experiencia turística única conocida como Necro Turismo, que se aparta de las actividades convencionales de turismo.
Este tipo de turismo, a menudo denominado «turismo negro», brinda la oportunidad de explorar el arte funerario, escuchar historias intrigantes y aprender sobre la historia de la ciudad de una manera diferente.
Con su certificación como Museo Panteón, el Panteón de Belén se convierte en un lugar donde se puede apreciar el arte funerario, entender la historia local y sumergirse en las historias de las personas que contribuyeron al desarrollo de la ciudad.
Los cementerios son guardianes de la historia de una ciudad, ofreciendo una visión única de su pasado y las figuras prominentes que la moldearon.
Ubicado en el complejo hospitalario más grande de Guadalajara, el Panteón de Belén presenta una arquitectura impresionante que combina estilos neoclásicos, neogóticos y egipcios, con elementos masónicos discretamente integrados. La simetría meticulosa del diseño, obra del arquitecto Manuel Gómez Ibarra, añade una capa adicional de fascinación a este lugar emblemático.
El arte funerario, que alcanzó su apogeo en el siglo XIX, refleja el deseo de las personas de mantener su estatus incluso después de la muerte.
Las esculturas de ángeles, arcángeles y vírgenes transmiten una gama de emociones, mostrando la habilidad excepcional de los artistas que trabajaron el mármol con maestría.
Al visitar el Panteón de Belén, es importante hacerlo con respeto y consideración hacia los difuntos y su legado. Como dice la frase en latín «omnia mors aequat«: la muerte nos iguala a todos, y al honrarla en vida, podemos aprender y apreciar la importancia de cada historia que yace en este lugar histórico.
Información: NCC