Hoy trabaja como arquitecta, especialista en brindar espacios públicos dignos para personas con discapacidad.
Culiacán, Sinaloa | La historia de Karla Berenice Valenzuela López es una de esas que tocan el alma. Una historia de resiliencia, fe y amor a la vida, que demuestra que incluso en los momentos más oscuros puede encenderse una luz.
Tras graduarse como arquitecta, casarse y tener a su primera hija, Karla Berenice después de su parto, comenzó a experimentar los primeros síntomas de esclerosis múltiple, una enfermedad neurológica que, en su caso, se manifestó con la pérdida de la vista en un ojo. Con el paso de los meses, su movilidad también se vio afectada, colocándola frente a un desafío que transformaría su vida por completo.
“Todo empezó desde un inicio, y eso fue hace 14 años, me dieron cuatro años de vida, entonces hace 14 años como estaba quise hacer todo, me dijeron sabes que no vas a volver a ver ya, no vas a volver a tener hijos, olvídate de hijos, dedícate a la niña que tienes. Batallé muchísimo, incluso dije que dios no existe. Me encerré en mi recámara, hablé con él, le dije voy a hablar contigo, porque me están diciendo que hable contigo, que aquí voy a encontrar, que tú me vas a dar la respuesta, no es que crea tanto en ti, de hecho, dejé de creer en ti por esto, pero voy a darte la oportunidad de que me muestres que verdaderamente existes, si es verdad que existes, no te voy a pedir que me cures, no te voy a pedir que me regreses la movilidad de mis manos o que me regreses la movilidad de mis piernas, lo único que te pido es que me regreses la vista, no de los dos ojos, de un ojo para ver a mi hija crecer por favor y si eso pasa, te juro que me voy a dedicar a ayudar a las personas que estén padeciendo exactamente lo mismo que yo, que sientan lo que yo estoy sintiendo, si eso pasa te lo juro que lo voy a hacer y no nada más personas con esclerosis múltiple, a personas con discapacidad”.
Días después de esa petición, de forma casi inexplicable, recuperó la vista. Poco a poco, también volvió a caminar.
Hoy, Karla Berenice trabaja nuevamente como arquitecta, y su experiencia la inspiró a especializarse en el diseño de espacios accesibles para personas con discapacidad. Además, forma parte de una fundación que brinda apoyo a pacientes con esclerosis múltiple.
“Pero primero fue la vista, dije yo, si me regreso a la vista, es porque me está dando la oportunidad de hacer lo que no he hecho y terminar los sueños que quería hacer”.
Madre de dos hijos y ejemplo de fortaleza, comparte su historia con la esperanza de motivar a otros, pues dice, nada es imposible cuando hay fe, incluso cuando el camino parece apagado.
“Nunca perder la fe, no perder los sueños, pero enfocarte”.
La historia de Karla Berenice no solo habla de un milagro médico, sino del poder de la esperanza y de la voluntad humana para reconstruir la vida desde las ganas de salir adelante.
