El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, rompió su silencio este martes tras su derrota electoral del fin de semana frente a Luiz Inácio Lula da Silva, para asegurar que respetará la Constitución de su país.
Tras la breve intervención del mandatario, que evitó reconocer de forma explícita su derrota en las presidenciales, el ministro de la Casa Civil, Ciro Nogueira, anunció que iniciarán en los próximos días el traspaso de poder con Lula.
Lula da Silva ganó las elecciones el domingo con el 50,9% de los votos, frente al 49,1% de Bolsonaro, el resultado más ajustado de unas presidenciales desde el regreso de la democracia a Brasil.
Bolsonaro rechazó en su discurso los bloqueos de carreteras que sus seguidores han hecho en varios estados de Brasil en protesta por su derrota, aunque los atribuyó a un “sentimiento de injusticia”.
“Los actuales movimientos populares son fruto de la indignación y el sentimiento de injusticia de cómo se dio el proceso electoral”, dijo desde el palacio presidencial de Alvorada.
“Las manifestaciones pacíficas siempre serán bienvenidas, pero nuestros métodos no pueden ser los de la izquierda, que siempre perjudicaron a la población”, agregó y mencionó entre ellos el “cercenamiento del derecho de ir y venir”.
“Las cuatro líneas de la Constitución”
El pronunciamiento del presidente brasileño ocurrió luego de un silencio suyo de dos días desde el balotaje del domingo, lo que incrementó las dudas sobre si aceptaría su derrota.
“Como presidente de la República y ciudadano, continuaré cumpliendo todos los mandamientos de nuestra Constitución”, dijo Bolsonaro este martes sin mencionar ni una vez a Lula.
“Siempre fui tachado de antidemocrático y, al contrario de mis acusadores, siempre jugué dentro de las cuatro líneas de la Constitución”, sostuvo.
Bolsonaro comenzó su mensaje leído de apenas dos minutos con un agradecimiento a “los 58 millones de brasileños” que le votaron el domingo, sin hacer referencia a los más de 60 millones que apoyaron a su rival.
Pero la designación de Nogueira para la transición entre el gobierno saliente y entrante sugiere que Bolsonaro evitará impugnar el resultado electoral, su primera derrota en las urnas desde que fue electo concejal de Río de Janeiro en 1988.
Lula designó este martes a su vicepresidente electo, Geraldo Alckmin, como coordinador de la transición entre los gobiernos entrante y saliente.
Alckmin es un político de centroderecha que enfrentó a Lula en las elecciones de 2006 y quizás pueda establecer un diálogo más fluido con el gobierno de Bolsonaro que líderes del izquierdista Partido de los Trabajadores de Lula.
“Sentimiento de injusticia”
Al mismo tiempo, la falta de mención del presidente al triunfo de Lula y su comentario sobre el “sentimiento de injusticia” por el proceso electoral refuerzan las dudas sobre si Bolsonaro aceptará su derrota.
Estas dudas surgieron incluso desde antes de las elecciones, cuando el presidente cuestionó varias veces y sin pruebas la fiabilidad del sistema electoral brasileño.
Esto llevó a muchos a prever que podría buscar impugnar un resultado adverso como hizo su aliado Donald Trump, el expresidente de Estados Unidos, al perder su reelección en 2020.
El diario brasileño Folha de S.Paulo informó este martes que miembros del Poder Judicial, que ordenó a la policía desbloquear las carreteras cortadas por camioneros partidarios de Bolsonaro, contactaron a aliados del mandatario para intentar convencerlo de que debía romper su silencio y admitir el resultado para bajar la tensión.
Las protestas de camioneros llegaron a expandirse por más de 20 estados del país y alcanzaron más de 230 cortes de carreteras, en algunos casos con la pasividad o el apoyo de la policía federal.
Aún está por verse si el mensaje del presidente será suficiente para que sus seguidores levanten los bloqueos que aún mantienen en pie.
“La derecha surgió”
Bolsonaro es el primer presidente brasileño que pierde un intento de reelección en los últimos 24 años, y antes de las elecciones había insinuado que se retiraría de la política si esto ocurría.
Pero en su breve discurso de este martes dio señales de que pretende ejercer el liderazgo de la derecha brasileña y ser referente de la oposición en el próximo gobierno de Lula.
“Es una honra ser el líder de millones de brasileños”, dijo en un momento.
También sostuvo que “la derecha surgió de verdad” en Brasil.
“Nuestra robusta representación en el Congreso muestra la fuerza de nuestros valores”, añadió. “Nuestros sueños siguen más vivos que nunca”.
El Partido Liberal de Bolsonaro tendrá la mayor bancada en la próxima Cámara de Diputados, con 99 escaños en un total de 513, mientras que en el Senado asumirá 13 de los 81 y podría lograr mayorías con otros grupos conservadores.
Además, aliados de Bolsonaro fueron electos gobernadores de São Paulo, el estado más rico de Brasil, Minas Gerais y Río de Janeiro.
En medio de una fuerte polarización, esto plantea un desafío para Lula, que deberá conseguir una base firme de apoyo en el Congreso para su gobierno que se inicia el 1º de enero.
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