Un compuesto químico común usado para desinfectar el agua produce un subproducto que podría ser potencialmente tóxico, según una nueva investigación publicada el jueves (21.11.2024) por la revista Science.
Ante la gravedad de los hallazgos, los autores del descubrimiento han hecho un llamamiento a una investigación “inmediata” sobre las posibles repercusiones para la salud.
Desinfección del agua potable
Los suministros públicos de agua de un tercio de la población de Estados Unidos y de millones de personas en todo el mundo son limpiados con cloraminas inorgánicas, que se han utilizado durante décadas para eliminar patógenos.
Aunque el cloro sigue siendo el desinfectante más usado, las cloraminas lo han ido sustituyendo en muchos sistemas para reducir ciertos subproductos que se relacionan con el cáncer de vejiga y colon, el bajo peso al nacer y los abortos espontáneos.
Subproductos poco estudiados
En la actualidad, más de 113 millones de estadounidenses consumen agua potable clorada, un compuesto que también se utiliza en Canadá, Asia y Europa. Sin embargo, “las cloraminas se descomponen en productos poco caracterizados”, explica el autor principal, Julian Fairey.
Uno de esos productos fue identificado hace más de 40 años, pero quedó irresoluto químicamente, por lo que fue apodado simplemente como “producto no identificado”.
Cantidades superan el límite reglamentario
Pero ahora, usando una combinación de métodos químicos tradicionales y herramientas modernas como la espectrometría de masas de alta resolución y la espectroscopia de resonancia magnética nuclear, Fairey y su equipo identificaron el compuesto como “anión cloronitramida“.
Este subproducto se detectó en las 40 muestras de agua potable cloraminada, con concentraciones que alcanzaban los 100 microgramos por litro, lo que supera los límites reglamentarios para los subproductos de la desinfección, que oscilan entre 60 y 80 microgramos por litro.
Una estructura y concentración “preocupante”
Aunque todavía no se han realizado estudios toxicológicos, los investigadores lanzaron una advertencia: “La estructura química parece preocupante, al igual que las concentraciones a las que se forma este compuesto, por lo que creemos que está justificado realizar estudios sobre sus efectos para la salud”, asegura Fairey.
En su estudio, los autores piden que el compuesto sea “un candidato inmediato” para su cuantificación en aguas públicas y para estudios más detallados de salud y toxicidad.
Volver al cloro y filtraciones domésticas
Fairey sugiere que las empresas de suministro de agua podrían plantearse volver al cloro, aunque esto requeriría desinfectantes secundarios para neutralizar los subproductos tóxicos ya conocidos.
Asimismo, los investigadores recomendaron sistemas de filtración domésticos con bloques de carbón activado para las personas preocupadas por el agua.
Información: DW